Pachinko

El arquitecto Renzo Piano dio este apodo, Pachinko, a las escaleras y pasarelas que conectan los dos edificios del Centro Botín en Santander. Inspirado en las famosas máquinas tragaperras verticales japonesas, el nombre sugiere un caos lúdico de líneas y perspectivas.

Esta serie es un estudio arquitectónico de esas estructuras: una exploración visual de su geometría, repetición y ritmo. A través de una paleta minimalista en blanco y negro, las imágenes buscan reducir el edificio a su lenguaje esencial—una oda a la línea recta, que domina cada superficie, cada ángulo.

Más que documentar el espacio como funcional, estas fotografías lo reinterpretan como algo casi abstracto, donde la forma y la estructura prevalecen sobre el uso.

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Retratos en Cabárceno