Namib
Dicen que es el desierto más antiguo del mundo; yo sé que es el más bello. Al amanecer, las dunas rojas de Sossusvlei se encienden y contrastan con el azul inclemente del cielo, dibujando caminos geométricos con la ayuda del viento. Las acacias de Deadvlei llevan allí 900 años, sobre la arcilla blanca resquebrajada. Secas, no muertas. En silencio.
Hacer fotos aquí no requiere gran esfuerzo. El desierto te las da, pidiéndote solo a cambio quedarse con un trocito de tu alma.